Aunque los amantes del descenso de cañones suelen practicar este deporte a lo largo de todo el año, lo cierto es que con la llegada de la primavera se abre la verdadera temporada de barranquismo. Os traemos los 5 lugares top para hacer barranquismo en España.
En Dryfing nos gusta que conteis con diferentes opciones y enseñaros spots interesantes. El barranquismo es uno de los deportes en los que hay más contacto con la naturaleza y para que disfrutes de la experiencia te traemos una ruta con los 5 lugares top en España. Estos son:
1- Picos de Europa (Asturias y Cantabria)
Podríamos estar hablando del paraíso para aquellos que disfrutan del deporte y la naturaleza. Kilómetros y kilómetros de montañas para practicar todo tipo de deportes: desde el descenso en canoa hasta la mountain bike, pasando por el alpinismo, el senderismo y, por supuesto, el canyoning, entre muchos otros.
Potes, en la zona de Cantabria, y Cangas de Onís, en Asturias, son los dos enclaves donde la oferta es mayor y los aficionados al descenso de cañones encuentran la mayor variedad de formaciones geológicas. Hay barrancos para todos los niveles y es importante estar pendientes de las crecidas de agua en las épocas que coinciden con el deshielo.
2- Sierra de Guara (Huesca)
Más de 200 cañones en apenas 50 kilómetros cuadrados convierten al Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara en un reclamo para los amantes del barranquismo de toda Europa. Es uno de los destinos recomendados para vivir esta experiencia ya que en ningún otro lugar del continente hay tanta oferta y, además, abierta a deportistas de todos los niveles.
Situado en la zona del pirineo occidental, entre cañones y desfiladeros, podemos ir subiendo de nivel paulatinamente, comenzando por el Mascún inferior y el Río Vero, un destino muy recomendable donde disfrutar de acantilados y cuevas a lo largo de 7 kilómetros. De nivel intermedio son La Virgen y Fornocal, mientras que el Mascún superior o el barranco Gorgas Negras están recomendados para aficionados más expertos.
3- Serranía de Cuenca
La provincia de Cuenca es uno de los destinos elegidos por los aficionados madrileños al canyoning para disfrutar de su deporte favorito ya que es uno de los lugares más cercanos a la capital donde pueden practicar el descenso de cañones. No tienen la cantidad de barrancos que se pueden encontrar en otros destinos, pero sí la variedad.
Así, aquellos que se inician en esta disciplina pueden optar por el Barranco de Júcar, muy apropiado para los principiantes pero que es muy divertido con sus rápidos. Pero si hay un barranco con nombre propio en Cuenca es el de Ventano del Diablo: es de nivel fácil, con muchos saltos y rapeles, pero precioso e ideal para darse un baño.
4- Sierra Nevada (Granada)
La provincia de Granada es un destino muy habitual para los amantes del canyoning ya que no sólo disponen de todo el sistema montañoso de Sierra Nevada, sino también de la zona de Las Alpujarras, con cañones preciosos, y de la Sierra de Almijara, donde se encuentra uno de los barrancos más conocidos, no sólo de Andalucía, sino de toda la mitad sur de España.
Se trata del barranco del río Verde, un cañón famoso por sus rapeles, sus saltos y sus aguas cristalinas. Muy cerca está el barranco Lentegi, pero no es el único lugar que merece la pena visitar en esta provincia: en Sierra Nevada destacan el barranco de Paterna del Río y el barranco Palancón, entre otros; y en Las Alpujarras hay un buen número de destinos, aunque suelen ser visitados por aficionados más expertos por su complejidad.
5- Barranco del Infierno (Lleida)
El norte de la provincia de Lleida, en plenos Pirineos, está lleno de barrancos donde los aficionados a este deporte disfrutarán de lo lindo tanto por la cantidad de oferta como por la calidad de ésta. Pero un poco más abajo, en el corazón del Congost de Collegats, se encuentra el Barranco del Infierno, uno de los lugares emblemáticos para los amantes de este deporte.
La travesía comienza en el Noguera Pallaresa, un río que dependiendo de la época del año hay que cruzar a pie o a nado (incluso hay quien lo hace en tirolina). Después espera una caminata ascendente de treinta minutos hasta alcanzar a la cabecera del barranco, donde arranca un descenso que deja con la boca abierta tanto por sus vistas, como por su entorno y la espectacular cueva que se encuentra a mitad de camino. Una experiencia inolvidable.
Fuente: Kilometros Que Cuentan